Si le das un vistazo a nuestras recomendaciones de los mejores monitores para gaming, podrás ver que muchos de estos dispositivos son compatibles con las tecnologías de frecuencia de actualización variable FreeSync de AMD y G-Sync de Nvidia. ¿Pero qué son G-Sync y FreeSync exactamente y por qué son tan relevantes para el gaming? A continuación encontrarás todas las respuestas a tus preguntas sobre las tecnologías G-Sync y FreeSync, incluyendo; qué hace cada una, en que se diferencian, y cuál es la mejor opción para tu monitor y tu tarjeta gráfica. Además vamos a hablar un poco del lugar que ocupa el estándar de Compatibilidad con G-Sync de Nvidia en todo esto, y también sobre lo que aportan las especificaciones Nvidia G-Sync Ultimate, AMD FreeSync Premium y FreeSync Premium Pro.
Todos los formatos G-Sync y FreeSync son en realidad tecnologías de sincronización adaptativas, y esto significa que sincronizan dinámicamente la frecuencia de actualización de tu monitor (cuantas veces por segundo se refresca la pantalla) para que coincida con la frecuencia de fotogramas por segundo que entrega tu tarjeta gráfica. Esto asegura una mayor suavidad de movimientos y ayuda a prevenir el rasgamiento de la pantalla, algo que en general ocurre cuando el monitor intenta mostrar fragmentos de varios cuadros o fotogramas diferentes en una sola imagen.
A diferencia de V-Sync, una tecnología similar que hallarás con frecuencia en el menú de configuración de los juegos, G-Sync y FreeSync no agrega retrasos de entrada, y por lo tanto no fuerzan a tu GPU a ajustarse a la frecuencia de actualización (sea cual sea) de tu monitor; una variable que causa tartamudeos con V-Sync. En vez de esto, lo que hacen es ir ajustando la frecuencia de actualización sobre la marcha.
Como tal, podemos decir que vale la pena utilizar cualquiera de las opciones, aunque también hay que mencionar que tanto NVIDIA como AMD han ido puliendo sus tecnologías con el paso de los años, agregando nuevas funciones y diferentes niveles con capacidades variables. ¿Pero cuál es la mejor opción? Es hora de averiguarlo.
¿Qué es G-Sync?
G-Sync es la tecnología de frecuencia de actualización variable de Nvidia y requiere (sin que resulte de mucha sorpresa) de una tarjeta Nvidia para funcionar. En general esto no suele ser un problema, a no ser que estés esperando por la RTX 3080, la verdadera cuestión es cuánto podría llegar a costarte un monitor Nvidia G-Sync.
La cuestión es que, mientras que la tecnología FreeSync se monta sobre el DisplayPort 1.2 (y más recientemente sobre HDMI) integrado en los monitores, los monitores Full G-Sync incorporan un chip especial de procesamiento, que eleva bastante los precios. Pero además, como se trata de un estándar fijo, los monitores G-Sync deben superar unas 300 pruebas de compatibilidad y de calidad de imagen, requeridos por Nvidia, antes de poder ser parte del selecto club G-Sync.
El lado positivo de todo esto es que los monitores G-Sync también son compatibles con una gama más amplia de funciones en comparación con las que soporta el FreeSync estándar, como por ejemplo:
- Compatibilidad con frecuencias variables de actualización entre 1-240Hz (o con cualquier otra frecuencia máxima de actualización del monitor)
- Bajo retraso de entradas
- Desenfoque de movimiento ultra bajo (ULMB por sus siglas en inglés)
- Calibración de colores de fábrica
- La compatibilidad G-Sync funciona tanto en modo ventana como a pantalla completa
Por estas razones en general sólo encontramos la tecnología G-Sync en monitores de alta gama, su inclusión en los monitores más económicos sencillamente no es rentable. Dicho esto, como la tecnología G-Sync posee un estándar fijado, siempre sabrás que esperar al momento de comprar un dispositivo habilitado para G-Sync: La efectividad no presentará ni siquiera variaciones mínimas entre los distintos monitores, como si puede suceder con la tecnología FreeSync.
G-Sync vs G-Sync Ultimate
G-Sync Ultimate le agrega compatibilidad HDR a la mezcla. Es decir que disfrutarás de todo lo mencionado anteriormente, pero además cada pantalla G-Sync Ultimate te entregará las siguientes especificaciones:
- Resolución 4K
- Un brillo máximo de 1000cd/m2
- 384 Zonas de retroiluminación dinámica
- Soporte de gama de colores DCI-P3
- Latencia Ultra Baja
Los monitores G-Sync Ultimate son bastante más infrecuentes que su contraparte G-Sync -debido naturalmente a su precio y a sus mayores especificaciones- pero su gama abarca desde monitores regulares para escritorio, como es el caso del Asus ROG Swift PG27UQ o el Acer Predator X27, hasta las pantallas BFGD de Nvidia (Pantalla de Juego de Gran Formato por sus siglas en inglés) tales como el HP Omen X Emperium.
Así es como Nvidia desglosa sus propios estándares.
¿Qué significa G-Sync Compatible?
Si tienes una tarjeta gráfica Nvidia pero no cuentas con el dinero suficiente para adquirir un monitor genuino y certificado para G-Sync, no debes preocuparte porque aún hay una esperanza. La etiqueta ´Compatible con G-Sync´ se ´incorpora´ en algunos monitores FreeSync de AMD, cuando las GPU de NVIDIA se aprovechan de la estructura FreeSync, para garantizar una sincronización adaptativa que opera en estos casos a través de los protocolos DisplayPort internos y no a través de un costoso procesador. ¿Es una forma increíblemente descarada que utiliza Nvidia para tomar prestada la tecnología de su rival? Puede ser. ¿Es una desventaja para los consumidores? Para nada.
Sin embargo la falta de un costoso procesador trae aparejadas algunas limitaciones en comparación con el G-Sync verdadero: Porque no obtendrás el modo ULMB, ni tampoco la calibración de colores de fábrica cómo estándares, por ejemplo, pero además este G-Sync solo podrá operar dentro del rango de fps en el cual ha sido clasificado el monitor FreeSync. Pero a pesar de todo, para que un monitor pueda adquirir la certificación G-Sync Compatible, deberá ser testeado previamente por la misma gente de Nvidia, así que puedes estar seguro de que la base de sincronización adaptativa funcionará correctamente.
Y esto es algo importante porque mientras que, en teoría, cualquier monitor FreeSync debería soportar la sincronización con las tarjetas gráficas de Nvidia, en la práctica muchos -unos 200 según Nvidia- muestran señales de oscurecimiento, pulsaciones, parpadeos y otros defectos poco agradables al ser puestos a prueba. En otros términos, si posees una tarjeta gráfica Nvidia y quieres ahorrarte algo de dinero en tu próximo monitor, podrías buscar la etiqueta G-Sync Compatible – o bien, darle un vistazo a nuestra lista de Monitores Compatibles con G-Sync
¿Qué es FreeSync?
La visión de AMD sobre todo el negocio de las frecuencias de actualización variable, como mencionamos, se basa en un protocolo de sincronización adaptable integrado dentro de la conexión DisplayPort del monitor, para proveer las frecuencias de actualización variables. También está habilitada para HDMI desde su lanzamiento, pero no requiere de una unidad especial de procesamiento para funcionar, y tampoco se requiere del pago de una licencia para que esta tecnología se incluya en el monitor.
Como resultado de todo esto, los monitores FreeSync son menos costosos que sus contrapartes idénticas G-Sync (o casi idénticas), y en ocasiones esta diferencia incluso puede llegar a ser de hasta 100 euros o más. Además hay mucho más para escoger: Porque mientras que el listado de compatibilidad con Nvidia con Full G-Sync o G-Sync Ultimate incluye 83 monitores, la lista de monitores con tecnología AMD FreeSync asciende a 1039. ¡Mil treinta y nueve!
Sin embargo, mientras que las pantallas FreeSync aún necesitan de la certificación de AMD para colocar una etiqueta G-Sync en su caja, la tecnología FreeSync no tiene un estándar fijo cómo si sucede con G-Sync. Esto significa que tu experiencia FreeSync puede variar un poco de monitor a monitor, y que no todos los monitores FreeSync tienen exactamente las mismas funciones.
Para comenzar, la tecnología de frecuencia de actualización variable FreeSync solo funciona dentro ciertos rangos de frecuencias de cuadros. Algunos monitores pueden soportar bajas velocidades de cuadros de hasta 30fps, pero la mayoría solo se activará si tu velocidad de cuadros supera los 40fps, o incluso los 48fps. Y esto significa que si la salida de tu tarjeta gráfica cae por debajo de los 30fps, 40fps, 48fps, o cualquiera que sea su límite inferior, FreeSync dejará de ser efectivo y no recibirás ningún beneficio.
Algunos monitores FreeSync intentan suavizar los rendimientos bajos de fps, utilizando algo llamado Compensación de Velocidad de Baja de Fotogramas, o LFC (por las siglas en inglés), que logra duplicar el número de cuadros mostrados –cuando estos caen por debajo de ciertos umbrales –, en estos casos una velocidad de 30fps, por ejemplo, será impulsada hasta los 60fps. Sin embargo, el monitor en cuestión deberá tener incorporada esta función, y por supuesto que no la encontrarás en los modelos FreeSync más económicos.
FreeSync vs FreeSync Premium vs FreeSync Premium Pro
A principios del 2020, AMD intentó simplificar sus diferentes tipos de compatibilidad FreeSync haciéndolos más numerosos, más complicados y nombrándolos vagamente…
Esto sería, en resumen, lo básico: FreeSync es el estándar más bajo, y más ampliamente disponible, y funciona tal cual fuera descrito algunas líneas más arriba. FreeSync Premium es un estándar nuevo, con una certificación que requiere de la función LFC cómo estándar y de una frecuencia de actualización mínima de 120Hz.
Y por último tenemos FreeSync Premium Pro, que en esencia es el reemplazo del, ahora extinto, estándar FreeSync 2 HDR. Para dejarlo en claro, se trata de FreeSync 2 HDR pero con otro nombre, siendo su principal función la compatibilidad HDR “con colores meticulosos y certificación de luminancia”. Aún no sabemos exactamente en qué lugar se ubica FreeSync Premium Pro con relación a los estándares HDR establecidos, como DisplayHDR 400 y DisplayHDR 600, pero al menos todos los juegos soportados por FreeSync 2 HDR – incluyendo al Assassin’s Creed Odyssey, Resident Evil 2 y The Division 2 – también funcionan con HDR por medio de este “nuevo” estándar.
FreeSync Premium Pro incluye además todos los beneficios de los niveles inferiores, y esto nos asegura que un monitor con esta tecnología contará con LFC y con una frecuencia de actualización de al menos 120Hz.
G-Sync vs FreeSync: ¿cuál es mejor?
Desde un punto de vista puramente técnico, es bastante claro que G-Sync puede ofrecerle bastante más a tu experiencia gaming de lo que te podría aportar un monitor FreeSync. Al adquirir un monitor FreeSync, no hay garantías de que la sincronización funcione tan bien como la tecnología lo permita, y algunos dispositivos cuentan con un rango variable de actualización de frecuencias muy angosto. G-Sync por el contrario, entrega una calidad consistente.
Pero el problema con G-sync es que resulta demasiado costoso. En el mejor de los casos es un dispositivo difícil de vender y los precios suben cada vez más a medida que te acercas a los monitores ubicados en la cima de la escala. La diferencia al intentar establecer rangos diferentes entre distintos tipos de monitores FreeSync es que, comparativamente, se paga un menor precio.
Claro que si desde ya eres dueño de una GPU AMD no hay demasiadas opciones disponibles, pero para quienes posean tarjetas gráficas de Nvidia la mejor solución sería seguir el camino G-Sync compatible: En particular si no te desvela el Desenfoque de Movimiento Ultra Bajo o si no eres tan asiduo a los shooters muy exigentes -como para justificar la adquisición de una menor latencia G-Sync-, G-Sync Compatible es una buena forma de asegurar la sincronización adaptativa mientras que te ahorras una buena moneda.
Esta también una mejor forma de encarar el futuro, porque tu próxima tarjeta gráfica bien podría ser Nvidia o AMD, y no quisieras desperdiciar cualquiera de las dos chances. Y además, pese a que el número de monitores compatibles con G-Sync no llegan a totalizar 1039, aún cuentas con más opciones disponibles para escoger.
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